Ayer, en plena crisis coronavírica, nos sorprendía una triste noticia. Luis Eduardo Aute abandonaba esta existencia para emprender un viaje hacia otros mundos, hacia otras vidas… seguro llenas de arte, de letras, de canciones… Un referente de la canción de autor española que se marchaba lentamente, casi en silencio, como si quisiera pasar desapercibido, de puntillas… y sin que nadie se enterara.

Nacido en Manila en 1943, empleó su tiempo de vida en vivirla y exprimirla por los cuatro costados. Podía presumir de ser pintor, escultor, escritor, poeta, director de cine, actor… aunque donde destacó fue en la música, para él, y para otros… para sí, y para todos…

Retirado de los escenarios desde 2016 después de sufrir un grave infarto que lo tuvo dos meses en coma, su memoria se perpetuará en el recuerdo de pasadas, presentes y futuras generaciones. Se nos va Luis Eduardo; el hombre. Pero nos deja un valioso legado repleto de letras y acústicos…

Pasará el tiempo… Pasarán las vidas… Sus acordes seguirán sonando en nuestras retinas Iluminados por un solitario foco sobre un escenario. El humo de un cigarrillo sempiterno en su mano seguirá envolviéndolo en un halo de silencios que gritan en cada letra. Sus historias hechas verso seguirán vivas y más presentes que nunca en su voz… y en las voces de otros muchos.

En estos tiempos inéditos y difíciles, qué mejor audio para nuestra alma que su poesía. En este día de hoy, en que el mundo llora su pérdida, qué mejor homenaje que escucharle y unirnos a su voz…

«Al alba»…

Puede ser quizá la canción más conocida de la trayectoria de Luis Eduardo Aute. Incluida en su disco “Albanta”, producido por Teddy Bautista. Un álbum que recogía canciones escritas entre el 74 y el 78 que habían sido objeto de censura y que venían a ser un cántico a la recién estrenada libertad que la Constitución traía consigo de la mano. En apariencia, una balada de amor. En el fondo, un reflejo de los últimos años de la dictadura en la que rememoraba las últimas ejecuciones del franquismo, adornada con sutiles metáforas más propias, como decimos, de una canción de amor…