«Confidencias con la almohada», de Matale Arozena
Confidencias con la almohada
El sueño me abandonó
y fue a enamorar al alba.
Abriendo los ojos supe
que a mi lado ya no estabas.
Mi alma se acomodó
en tu lado de la cama,
por cubrir la soledad
que me abraza en la mañana.
Que vas y vienes, lo sé,
que las excusas son puertas,
que antes fueron ventanas
por las que siempre te marchas,
para regresar o no
cuando la luna se escapa.
No sé cuando me volví
en tu costumbre o rutina.
El caso es que para ti
yo ya no tengo valor,
soy una desconocida.
Seguiré andando el camino
con esta pena a la espalda
y el corazón casi muerto,
y con hilos de esperanza
tejeré un futuro incierto.
©Matale Arozena