Me paré en un meme de tantos millones que andan por la red en estos tiempos de coronaviru e hijos. Un meme en español para pensar, en estas crónicas en tiempo de cuarentena con niños. Pensé, yo confieso con este criterio educativo, con esa manera de darle la vuelta a las cosas. Fue la segunda vez que lo leí, cuando empecé a reparar en detalles que cambiaría del meme. En crónicas Coronavirus e hijos, aquel meme me hizo pensar.

Diferentes modelos de familia

Añadiría, a una imagen familiar que encabeza el texto, otras imágenes para hacer la visión un poco más acorde a la realidad. Y es que en los últimos años las estructuras familiares se han ido adaptando a los cambios sociales. En la imagen aparece una familia biparental, o lo que es lo mismo, una mujer y un hombre, con un niño y una niña. Realmente ese es el modelo más establecido, ya lo sabemos, pero no el único. Existen más tipos de modelo familiar por género, y eso ya no lo para nadie, ese cambio de paradigma ya se empezó a gestar hace mucho.

Biparentales; compuesta por un hombre y una mujer y los hijos.

Monoparentales; compuesta por una mujer o un hombre, con sus hijos

Homoparental; compuesta por dos mujeres o dos hombres, con sus hijos.

Estamos en una alerta mundial excepcional

Otra cosa que yo no pondría, yo, sería el primer párrafo. Lo leo y pienso; esto no sé yo si se ajusta al momento, hace tiempo que empecé a entender que la verdad absoluta no existe. Que aquí la cosa va de opiniones, y de ser fuerte para que dichas opiniones no condicionen la propia vida de uno.

Si analizo lo que han dicho esos padres pienso; Estamos en una alerta mundial excepcional, eso ya lo sabemos, aquí las cosas ridículas hay que analizarlas con lupa. No es fácil dar un giro de 180º como el que hemos dado, nada fácil. Vivimos, en muchos casos, una vida demasiado estructurada, casi conectados a lo real por matices. Que levante la mano el que asimila esto completamente, con mente fría, y que se lo cree, así a bote pronto

Aquel meme me hizo pensar. Nos habíamos acostumbrado a pensar en singular, es decir, mi familia y yo, y ya veremos. Mi casa, mi familia, yo, y ya veremos…y así sucesivamente con todo. Y ahora, de repente un virus demoledor, nos lleva a tierra, y hasta  cubre de ella a miles de seres humanos, de un plumazo. Y el maldito coronavirus nos obliga a pensar en plural… y nos viene a decir nuestra nuevas prioridades; las personas de riesgo que hay que proteger, mi familia, yo, mis vecinos, mis amigos, tanta gente luchando en el frente, la gente del súper, de la farmacia, los agentes de la autoridad…muchos seres humanos muriendo en Asia, Europa, América, en todo el planeta.

El alcance del asunto coronavirus en crónicas de padres y memes

Los padres que pensaron al principio en sí mismos, en sus horarios, en su trabajo, en sus problemas de cada día… cuando empezaron a sumar muertos cercanos, y tiempo sin fin, seguro que fueron entendiendo el alcance del asunto. Ellos y casi todo el mundo.

Lo demás, creo que hay muchas personas que ya tienen acostumbrados a sus hijos a estas labores, cosa que aplaudo, ya que nuestros vástagos no son unos inútiles. Al que no lo hacía, pues bienvenida la idea, sobre todo porque nombra cosas que cualquier ser humano debe aprender a hacer. Es como tener un kit de supervivencia incorporado para siempre. El que sea capaz de incorporar ese kit a sus hijos, seguro que sabe muy bien que los centros de enseñanza ponen conglomerado, pero es en casa donde se cimienta.  

Dar la vuelta a las cosas como dice el meme

La verdad es que aquí no estamos descubriendo nada nuevo, son culturas ancestrales las que aconsejan buscar el sentido, sea bueno o malo, de cada situación. Cuanto antes lo aprendan los niños, más partido podrán sacar a sus experiencias de vida.

Creo que ser madre y padre es una labor muy complicada, se entretejen muchos hilos. Uno tiene que amar y a la vez tiene que educar, eso en sí mismo, es una contradicción. Yo quiero lo mejor para mi hija, para mis niños, es decir quiero que se sientan bien, que sean felices. Pero no puedo concederles todo los caprichos, porque se dé buena tinta que el valor de todo se lo da el proceso del logro, incluso más valor, el no logro. También se, que la puerta de la felicidad la tiene que aprender a abrir cada uno…El eterno dilema entre entre amor y la razón.