Descubre la Gran Mezquita de Djenné, en Mali
Hoy visitamos la Gran Mezquita de Djenné en Mali, una de las mezquitas más impresionantes de todo el continente africano. Construida en el siglo XIV, presume de ser una maravilla arquitectónica que ha sobrevivido a los siglos como testamento vivo de la riqueza histórica y cultural de Mali.
El corazón de la ciudad de Djenné y su vida religiosa
La mezquita está situada en el corazón de la ciudad de Djenné. Ciudad histórica y próspera que fue un importante centro comercial y religioso durante el Imperio de Mali en el siglo XIII y XIV. Ubicada en el delta interior del río Níger, la ciudad en sí es una joya arquitectónica con callejuelas empedradas y casas de barro decoradas con diseños geométricos y florales. Desde sus adentros emerge como un coloso la Mezquita, centro de la vida religiosa de la ciudad tanto para las oraciones diarias como para las festividades religiosas.
Una mezcla única de estilo islámico y arquitectura sudanesa tradicional
La Gran Mezquita de Djenné es el edificio de barro más grande del mundo y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su estructura de más de 5.000 metros cuadrados es una mezcla única de estilo islámico y arquitectura sudanesa tradicional.
Está fabricada enteramente de barro en una sola pieza. Además, cuenta con un enlucido de tierra y una mezcla de fibras vegetales para evitar que la estructura se desmorone. Y con este fin es reparada cada año por los propios habitantes de la ciudad. De lejos se divisan las tres torres que sobresalen de su fachada. Y en su decoración destacan intrincados patrones geométricos y diseños florales tallados en la superficie del barro.
Curiosa la práctica ausencia de ventanales, al parecer en el techo sí los hay. Desde fuera sólo se pueden apreciar pequeños huecos a modo de ventana. Huecos que poca luz deben dejar pasar a su interior, quizá en un intento de evitar distracciones para quienes acudan a rezar.
Por otra parte, algo que resulta especialmente llamativo de este coloso de barro son las vigas de madera que emergen a lo largo de la fachada del edificio. Reciben el nombre de «toron» y su función no sólo es meramente decorativa. Están previstos además para servir de andamio a los habitantes de Djenné. Y es que acuden cada año al “Crepissage de la Grand Mosquée” (enlucido de la Gran Mezquita), encaramándose en ellos para llegar a los rincones más altos y poder repararla.
Si estás interesado en la historia, la cultura y la arquitectura de África, la Gran Mezquita de Djenné es visita obligada. Una mezquita única como fiel testimonio de la creatividad y la habilidad de los antiguos arquitectos y constructores africanos.