Día del Libro «día de la magia»
Escuchando hoy los medios, coincidí con varios programas que hacían mención al día del libro. Era interesante escuchar a las personas que comunicaban con el programa para responder al llamado del locutor. Este, preguntaba por el libro preferido, por el más odiado, también por aquel que nunca terminamos, o el que cada tanta empezamos…
Lo cierto es que llamaban personas diferentes y contaban su experiencia personal. Algunas decían, por ejemplo, que no les había gustado nada aquellas sombras del tal Grey, otras personas, sin embargo, tenían un pensar diferente. Hablaron de muchos otros libros, con sus correspondientes opiniones, todas interesantes.
Al final, la verdad es que no me quedé con muchos títulos, eso sí, me quedé con una sensación agradable. Esto de la literatura es algo muy personal a la par que inmensa y maravillosamente grande. Cada persona un mundo, una experiencia, una opinión, y en cada una, un universo de mil condicionantes…
En los días que vivimos actualmente, obligados al encierro, los libros se han convertido para muchos en un motivo, un escape, un viaje, un camino, una grata compañía, un eterno abrazo, un hilo de esperanza, de luz, de consuelo…
Algo bello, una rosa…
Con motivo del Día Internacional del Libro, y porque ese día se celebre cada día… Desde La Mirilla Contenidos queremos sumarnos, a esta, que creemos, jornada muy importante para la cultura en general, aportando lo que toca, algo bello, una rosa, algo mágico, literatura… Les dejamos con nuestros retales de prosa y verso.
Somos aprendices, ni vendemos, ni enseñamos, solo compartimos. Un saludo y Buena Vida.
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«Memoria», de María Rodríguez
Me pareció siempre, que no me iba a faltar nunca, eso es lo que me parecía, porque aquello distó mucho de lo que después sucedió, de lo que sucedería…
Un día, cuando menos lo esperaba, uno de tantos días, se fue apagando como una vela al viento de sotavento, y aunque yo le hacía soco con mi miedo, ella fue dando pasos hacia el fin, hacia el descanso, hacia la paz del dormir eterno.
“Se fue yendo despacito como el río un día”, eso decía el sonar de aquellas cuerdas, eso decían.
Se marchó la doña retando a la doña, y dudé por un momento, si no es que era inmortal la madre mía, porque le dió cara a la otra doña, a esa que se lleva las vidas, y la miró de frente sin miedo a la partida.
Y me despedí, y le dijeron adiós los que la querían… y vino el dormir profundo, y las cruces de aquel día… la tristeza, el frío, la pena y a la vez la duda, ¿qué si cuando me fuera a casa la encontraría? Ni segura estaba de mí, pero ella, ya no volvería.
«Dormires», de Beatriz Morín
Cerré los ojos mecida por tu voz
abrazando mi vientre con palabras…
Mi nada no recuerda otros dormires
como los tuyos envueltos en los míos,
ni viceversas…
El roce de tu aroma
danzaba al compás de tu resuello
de la mano del mío…
diluyéndose en los rojos
difuminados de tus techos…
Rendidas las nadas,
abandonadas a la noche…
Perdidas en recuerdos de mesiarios
que se deslizan tibiamente
en los abismos…
para ascender calladamente
hacía un nuevo amanecer,
…
antes de amanecer..