No cabe duda de que el cuerpo humano, tal y como está diseñado, constituye en sí mismo una auténtica obra de arte. Se trata de un complicado sistema de engranajes perfectos que se ensamblan para que todo funcione armónicamente con y para con el medio en que se desenvuelve y que, más de una vez ha sido cincelado por múltiples artistas para mostrarnos sus imperfecciones más perfectas con otros ojos, con otra mirada… 

Una de ellas es Anne Mondro, una artista estadounidense, profesora en la Escuela de Arte y Diseño de la Universidad de Michigan. Y es que con sus manos ha transformado el corazón en arte dándole vida y casi, hasta latido.

Su inspiración para este proyecto se remonta a 2006, cuando desarrolló un curso de participación comunitaria en colaboración con el Centro de Geriatría de la UM titulado “Retaining Identity”: el papel de la creatividad en el ámbito de la atención médica, diseñado para explorar la creatividad y el potencial del arte para ayudar al espíritu en tiempos de enfermedad.

Anne pasó alrededor de un año investigando la anatomía del corazón para que su obra fuera lo más semejante posible anatómicamente a uno real y… ¡vaya si lo ha logrado! Partiendo de un software de modelado 3D e invirtiendo horas y horas tejiendo alambre de cobre estañado con una aguja de ganchillo, ha logrado crear modelos cuasi perfectos en 3D del corazón sencillamente, espectaculares, pues como digo, parece que les ha dado vida, que les ha dado hasta latir…

Imágenes: Stamps School of Art and Design

Anne Mondro Web: http://www.annemondro.com/