«El Cáliz», un microrrelato de Matale Arozena.
«El Cáliz», un microrrelato de Matale Arozena.
¡Ay copa!… me brindas como solución!
Estoy sentada a la mesa de un bar cualquiera en un día cualquiera, desanimada. Las cosas no funcionan y mi vida es un desastre. Lo único que me interesa es la compañía de una copa. Una sencilla copa de vino. ¡Una maldita copa de vino!
Hace ya dos años que me despedí de ella, cuando tras seis meses de sesiones en alcohólicos anónimos, me decidí a reconducir mi vida y mis hábitos.
Y hoy la tengo de nuevo frente a mí, sin decirme nada pero diciéndolo todo, brillante, retadora, desafiante, e incluso disfrazada de engañosa caridad, de placebo inútil.
¡Ay copa!… me brindas como solución, lo que seguramente es una prolongación de mi desordenada vida. Miro tu interior tan maravillosamente presentado, con ese color rubí, semitransparente, acompañado por un olor que me llega a lo más profundo de mi cerebro y todos mis sentidos me invitan a sumergirme en… pero no, no me puedes ayudar, estoy hecha un lío, estoy metida en un ovillo de hilo enmarañado, del que no encuentro ninguno de sus extremos. Sé que no eres la vía para resolver mis enredos vitales, pero, ¡estoy tan lejos de todo cuando inundas mis pesadillas y las conviertes fugazmente en felicidad fraudulenta!
Quizás arrojando mis miserias en tu interior, tu, alcohol purificador, las hagas desaparecer bajo tus efluvios, que en otras situaciones celebran felices eventos.
Quizás, seas tú mi principal problema y no sé verlo. Estoy sola ante el precipicio de mis inseguridades y ante un peligro ya conocido, tú.
Señor, que pase de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.
– Señora, ¿me escucha? ¿Le ocurre algo? ¿Se encuentra mal? Si quiere le traigo algo de comer.
– ¡Huy que susto! Replicó sobresaltada pero en el fondo agradecida, y resuelta respondo:
– No gracias estoy bien (que mentira más grande) retíreme la copa de vino y tráigame una infusión calentita y un “donut”.
(Tenerife 2018)