El día de Finados. Todos los Santos. Día de los muertos.

“Día de Finados” o Día de Todos los Santos

Hoy, aquí, en esta tierra Canaria, se celebra el “Día de Finados” o Día de Todos los Santos, Día de los Muertos le dicen también. Y en otros lares se celebra más o menos lo mismo, es decir un “homenaje fiestero” a los muertos, pero con otros nombres y otros matices.

Aceptando culturas, manteniendo cultura

Yo no estoy en contra para nada de la cultura, y de que ésta viaje por el mundo sin fronteras. En lo que no estoy de acuerdo para nada, es en que esas otras culturas o tradiciones, invadan la mía y la aniquilen, como el «rabo de gato». Por lo demás, gloria en el cielo y aquí paz.

«Rabo de gato» llamamos aquí a una planta ornamental, super agresiva, que invade nuestros campos, arrasando con lo que haya alrededor. Llegó como adorno y se está haciendo con el medio. Pues eso, yo soy la antítesis de los guetos, yo quiero libertad de expresión cultural, y general.  Pero oigan, sin olvidar mi idiosincrasia, sin perder las tradiciones de mis antecesores,  y manteniendo mi cultura, porque eso es riqueza, una riqueza inmensa, al igual que la de otros lugares ni más ni menos.

La reivindicación

En los últimos años escucho resonar campanas de reivindicación, en cuanto a recuperar nuestras tradiciones, y cada vez es más alto el resonar. Y es que parece que otras tradiciones de otras latitudes, son invasoras agresivas como el «rabo de gato», más o menos, vamos. Eso dicen.

Y hete ahí que se generó en mí una cuestión…

Cuándo reivindicamos nuestras costumbres, ¿de qué estamos hablando?

Entiendo yo que la persona que reivindica sus tradiciones, de donde quiera que sea, sabe más o menos lo que está reivindicando. Es decir, supongamos que yo vivo en cualquier lado; Chiapas, Cochabamba, Cienfuegos, Toledo, Ávila o Segovia… donde sea, en cualquier lugar de este planeta.

Y resulta que yo no muestro mis tradiciones, las de ese lugar, a mis hijos,  sobrinos, a cualquier niño, entre otras cosas porque ni las sé. Y fuera, de todos lados, en este crisol de culturas, los medios de información se encargan de poner al alcance de cualquiera, todo, de todo el mundo, pero la mía se queda lejos, en el olvido del silencio. El resultado no tarda en mostrarse. 

¿Que llegan otras costumbres y se quieran hacer un hueco en nuestra cultura? Sí, es verdad.  Y esa cuestión es hasta sana. Que invada y aniquile nuestras tradiciones, eso no es culpa ni responsabilidad del que nació después de la tradición, eso más bien cada uno debíamos hacérnoslo mirar.

Mi tradición

La tradición en mi casa, mi calle, mis vecinos, en la zona,.. era ir al cementerio a enramar a los muertos de la familia en la víspera. Yo iba con mi madre, con mis tías, y ellas arreglaban el nicho del ser querido y ponían flores frescas, un poco más especiales ese día. En el campo santo se encontraban amigos, conocidos y familia, la gente del pueblo. Y allí, conversando, saludando, compartiendo «vida» en el cementerio, curiosa metáfora. Les digo que era como el día del vecino, era un gran día. Aún se conserva la tradición. En la noche, víspera “de finao” o «día de todos los Santos», nos reuníamos familia y vecinos y se asaban castañas, y algunas otras viandas de la tierra. Se contaban historias, recordando anécdotas, se hablaba de los muertos de la familia…

Yo recuerdo perfectamente mi tradición, y mantengo parte de ella todavía. Pero curiosamente anoche ni hoy, conmigo en ese rito, no estaban ni las adolescentes ni los niños de mi familia. ¿Saben por qué? Porque anoche estaban todos celebrando Halloween, y hoy se despertaron tarde. 

«La incultura de la cultura es el  desarraigo. Eso crea el  olvido generacional. »   La Mirilla Contenidos