El verano ya está aquí. Y a pesar de lo atípico que pueda resultar este año debido al coronavirus, el calor no se ha hecho esperar. Según algunos, llega más caluroso que nunca. Según otros… más invernal que siempre… Pero lo cierto es que con él, nuestro cuerpo queda expuesto a elevadas temperaturas. Y éstas se ven reflejadas en él en forma de calor, sudoración excesiva, desmayos, quemaduras solares, … y el cada vez más frecuente, pero poco conocido: el golpe de calor.

¿Qué es el golpe de calor?

Golpe de calor se llama al sobrecalentamiento del cuerpo debido, o bien, a altas temperaturas, o bien a un exceso de ejercicio físico. Esto unido a la falta de hidratación, hace que algunos de nuestros órganos dejen de funcionar como lo harían habitualmente. Y teniendo en cuenta que suele aparecer de forma rápida e inesperada, se hace necesario tratarlo inmediatamente. Si no se actúa a tiempo, los síntomas empezarán a empeorar de forma progresiva, incluso los no relacionados directamente con la temperatura, llegando a ocasionar en muchos casos, la muerte.

Causas

Cuando hace calor la temperatura del cuerpo aumenta, y éste, para mantenerse fresco, lo que hace de forma espontánea y natural es expulsar sudor. Pero ¿qué ocurre cuando la temperatura del exterior es muy alta? En estos casos, la expulsión de sudor es más lenta. Esto hace que el cuerpo no se refresque lo suficiente si no está siendo hidratado a la vez con otros medios. Y como consecuencia de ello, nuestros órganos empezarán a funcionar desordenadamente provocando distintos síntomas. Veamos cuáles pueden ser estos.

Síntomas

Los principales síntomas que se manifiestan cuando se está sufriendo un golpe de calor son la sensación de debilidad, dolor de cabeza y los mareos o pérdida de conciencia. Y con ellos, el aceleramiento de los latidos del corazón, orinar poco, sequedad y enrojecimiento de la piel, ausencia de sudor (anhidrosis), hiperventilación, …

Prevención

Las recomendaciones generalizadas que se indican desde el Ministerio de Sanidad para combatir el calor y evitar que éste provoque un golpe de calor, se pueden reducir a las siguientes:

1. Mantenerse hidratado constantemente bebiendo agua u otros líquidos (evitar bebidas alcohólicas, café, té o bebidas con mucha azúcar).
2. Permanecer en lugares frescos y situados preferiblemente a la sombra.
3. En las casas, bajar las persianas y cerrar las ventanas para evitar que entre el sol, sobre todo en las horas de mayor incidencia de temperatura.
4. En la calle, usar ropa cómoda, ligera y de colores claros, calzado fresco que permita la transpiración y sombreros.
5. Evitar comidas copiosas y comer de forma ligera (ensaladas, frutas, verduras o zumos…
6. No hacer ejercicio al aire libre en las horas de mayor temperatura (por lo general desde las 12 del mediodía hasta las 5 de la tarde).

Cómo actuar ante un golpe de calor

Lo primero, avisar al servicio de urgencias de forma inmediata. Y mientras acuden lo que se recomienda es mantener a la persona afectada con los pies elevados, cerca de un lugar fresco y ventilado, aflojarle la ropa, darle de beber agua si presenta buen nivel de conciencia y no vomita, lentamente y a tragos pequeños, y ponerle paños o sábanas mojadas en agua fría alrededor del cuerpo que simulen la acción del sudor. Lo que no se recomienda nunca es darle de beber bebidas con azúcar, ya que pueden aumentar la deshidratación, ni medicamentos para bajar la temperatura.