El picante que más pica
El ser humano es la única especie que disfruta ingiriendo picante
Dicen, que el sabor picante, en realidad no es tanto el sabor, sino que más bien es dolor. Desde ya les digo, que en alguna ocasión al comer alimentos picantes, ha sido tal el fuego dentro de mi boca, que yo hubiera dicho sin lugar a dudas, y tras mis lágrimas, mi gotear de nariz y mi salivación intensa, que aquello que yo experimentaba, era dolor. Tal que cuando se quema uno.
Lo primero es lo primero, no existe el sabor picante, de hecho, existen solo cuatro sabores: dulce, salado, amargo y agrio. En realidad, son cinco, falta el umami, un vocablo japonés que significa sabroso, gustoso… Lo describen como sabor sutil, pero de regusto prolongado y difícil de describir, sensación aterciopelada en la parte central de la lengua, y parece que en ultimas, el punto de sal en las comidas lo determina…
La sustancia que contienen algunas hortalizas picantes se llama capsaicina…
Bien, contando con eso, hay que decir que la sustancia que contienen algunas hortalizas picantes se llama capsaicina, ella es la que provoca la sensación de quemazón aguda. Existe hasta una escala, Scoville, que es algo así como una medida para el picor. En ciertos países, en la carta de sus restaurantes, y como reclamo ponen esta medida en sus salsas. Lejos de lo que se pueda creer, tras su efecto desagradable, o por lo menos incendiario, la capsaicina, según las investigaciones es buena para la salud. Esta ayuda a aumentar la fluidez de la sangre y además se cree que incentiva cambios beneficiosos para la flora intestinal.
Y ustedes dirán, entonces es ardor no dolor. Pasa que, al comer por ejemplo un chile, o una “pimienta quemona” como decimos aquí, la mentada capsaicina entra en contacto con la saliva, y esta saliva contiene unas proteínas del sistema nervioso, unas que tienen que ver con el proceso del dolor y que en la boca exactamente, están para detectar dolencia cuando algo esta muy caliente. Pues bien, estas proteínas al sentir el efecto de lo picante, le dicen al cerebro que nos estamos quemando, que la boca se quema, como cuando tomamos algo muy caliente, y el efecto es dolor por la quemadura.
¿Por qué será que nos gusta el picante, a pesar de lo que pica?
No es comprensible que algo que nos genera mal estar nos de placer, y es que ese es el quid. Somos masoquistas, como cuando saltamos en paracaídas, o hacemos alguna actividad riesgosa, se activan el dolor y el placer a un tiempo, solapándose ambas, y vivimos un momento de adrenalina. Disfrutamos esa mezcla como otra variante de sensaciones atractivas para algunas mentes humanas.
Ya que estamos y para terminar, les diré que para aliviar ese mal trago que nos hace pasar la capsaicina, lo ideal no es tomar agua. Resulta que esta sustancia es un aceite, y todos sabemos que el agua no se diluye en ella. Mejor algo de alcohol, por ejemplo, cerveza y si tiene limon mejor, o incluso una cucharada de aceite, también se alivia con más premura tomando leche, o un poco de azúcar. Un saludo y Buena Vida.