La naturaleza resuelve sola.

Imaginar cuatro siglos y medio atrás, en la edad del bronce. Nos situamos en la costa, en la Bahía de Cárdigan, Gales. Y en la zona,  un bosque de unos 32 kilómetros cuadrados. Pues todo aquello desapareció cuando el terreno, un día, se volvió yermo.  La noticia ha sido, emerge un bosque prehistórico en Gales. Hace cinco años,  45 siglos después,  se avistaron vestigios de aquella arboleda. Y más recientemente,  hace unos días tan solo,  quedó al descubierto aquel impresionante bosque, ahora ya,  prehistórico. 

El pasado 

Cuentan que hace 4500 años  en las localidades de Ynyslas y Borth, ocurrió un desastre. Una tierra fértil y próspera, abundante de bosque, se vio anegada por el agua del mar. Dicen que el responsable de cerrar las esclusas no estuvo a su labor. Y de allí que se tuvo que ir el pueblo, y quedo sepultado por el mar y la arena aquel espléndido bosque.

El presente

El pasado 27 de abril la tormenta Hannah azotó duramente el suroccidente de Reino Unido. Ynyslas y Borth, dos localidades costeras del lugar, sufrieron la envestida de fuertes vientos y oleaje. El resultado, aparte de muchos daños, ha sido la reaparición de lo que parece un cementerio de árboles.

Bosque prehistórico

Arboles petrificados, tal que si la madera se viniera a piedra. “La madera petrificada puede conservar su estructura original con todo detalle, hasta el nivel microscópico. Estructuras tales como los anillos de crecimiento y los diversos tejidos pueden observarse con frecuencia. La madera petrificada tiene una dureza como el cuarzo”.

Considero amorosamente a las víctimas del Hannah, y hará falta tiempo para volver las cosas a su ritmo, a su estado anterior. Nadie desearía vivir esos momentos de angustia, y lo que se viene después.

La aparición de esta obra de arte a causa de la tormenta… una obra “post mortem” de la propia naturaleza consigo misma, impresiona y sobrecoge a la vez, emerge un bosque prehistórico  en Gales

Efecto naturaleza, efecto humano.

La llegada de los seres humanos hasta estos días, no ha sido tarea sencilla. Ha sido un caminar de mentes inteligentes, muy inteligentes. No sé en qué momento de la historia, nos desviamos del camino. Esto que sucedió en Gales hace muchos siglos, fue una lucha entre iguales, el terreno fértil y el mar. Y ganó quien ganó, el mejor rival. Y el terreno fértil ganará otros eriales.

Nosotros somos seres inteligentes, lo seguimos siendo, todos aportamos algo. Hay que cambiar el rumbo de este barco, y el timón lo manejamos entre todos. Voy a decir lo que sí quiero; quiero mentes inteligentes con corazones llenos de buena vibra, decidiendo las coordenadas correctas… o por lo menos con buen rumbo. También quiero mentes inteligentes con corazones llenos de amor, que convivan con el planeta. No que vivan, que convivan.