En la carrera por lograr una vacuna cualquier avance marca un hito. Y más ahora, si sirve para contratacar a ese enemigo invisible que amenaza a la población mundial. En este sentido, en las últimas horas la empresa estadounidense, Moderna Therapeutics, ha emitido un comunicado los avances de la primera vacuna experimental contra la COVID-19, que estaría empezando a mostrar resultados positivos.

Una vacuna desarrollada en tiempo récord

Un científico español, Juan Andrés, director técnico de Moderna Therapeutics, ha relatado a diversos medios nacionales, la carrera sin precedentes que están llevando a cabo en la lucha contra el virus.

La empresa empezó a trabajar en la vacuna desde el pasado 13 de enero. Ya a principios de febrero ya tenían el primer lote de fabricación para empezar los ensayos en humanos. Fue el 16 de Marzo cuando se inyectó al primer voluntario y los resultados parecen ser prometedores. Desde luego, un calendario a contrarreloj que pugna por hacer frente a esta pandemia que avanza sin freno por todos los rincones del mundo.

En una primera fase, la vacuna se probó en 45 voluntarios sanos, generando en ellos anticuerpos tras inyectarles las primeras dosis. Además, en 8 de ellos, aparte de los anticuerpos, se han generado neutralizantes que atacan directamente al virus y que se presentan tanto o más potentes que los de la sangre de cualquier paciente que ha superado la enfermedad. Y lo más importante y esperanzador es que, según aseguran, hasta el momento no han mostrado ningún efecto secundario.

«Hasta ahora sólo hemos detectado algún dolor en el brazo en el punto de inyección o algún tipo de enrojecimiento, de lo que no hay que preocuparse según nos dicen los inmunólogos”.

La primera vacuna experimental contra la COVID-19

La de Moderna, sólo es una de las 118 vacunas experimentales registradas por la OMS. Y ya son ocho las que están empezando a probar con humanos. Sin embargo, los resultados preliminares de algunas de ellas no garantizan la eficacia y la seguridad de las vacunas. Sin embargo, la de Moderna utiliza una tecnología novedosa que nunca había sido aprobada en una vacuna.

Al parecer, el origen de que el COVID-19 sea tan virulento está en “las proteínas que se hallan en sus espículas”. Las espículas vienen a ser esa especie de antenas tan características que hacen que parezca una maza de pinchos de épocas medievales. Lo que hace Moderna es reproducir sólo el material genético del virus (ARN) que contiene las instrucciones para producir esa proteína. Y al inyectarlo en una persona, las células humanas fabrican sólo la proteína del virus, desencadenando la consiguiente respuesta inmunitaria. Parece sencillo a simple vista. Y parece además que está teniendo buenos pronósticos.

A partir de estos primeros resultados, el laboratorio ha sido autorizado para continuar con la segunda fase de su investigación. En esta ocasión se ampliará el número de pruebas a unas 600 personas. Y el objetivo será determinar que la vacuna no sólo funciona de forma eficaz sino también segura para el ser humano.

Juan Andrés estima que si todo sale bien posiblemente “a finales de año la vacuna estaría lista en EE.UU. y a principios del año que viene estaría disponible para el resto de países”.