Sentirse un dibujo animado en este café de Seúl
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Sentirse un dibujo animado en este café de Seúl
Lo mires por donde lo mires este comic-café es un lugar muy original. Sentirse un dibujo animado ya es posible en este café de Seúl, el Yeonnam-dong 239-20. Para ello sus creadores, han perfilado hasta el último detalle, trazos de dibujo sobre lienzo blanco.
Página web oficial del Gobierno Metropolitano de Seúl
Seúl es la capital de Corea del Sur, y la ciudad más poblada de la península de Corea, unos 10 millones de habitantes. Grandes multinacionales tienen su sede en esta ciudad cosmopolita, que va de las grandes empresas a los más sencillos negocios. De la gigante Samsung, por ejemplo, a una pequeña cafetería en Yeonnam-dong, un barrio del distrito de Mapo-gu en Seúl.
El famoso café Yeonnam-dong 239-20
Un barrio y una dirección, y es que cuando uno va en busca del café de los dibujos animados, se sorprende de encontrar, casi, la entrada de una casa. Cuando en realidad es el famoso café Yeonnam-dong 239-20, ese en el que tienes que hacer una larga cola para entrar. El mismo que te transporta a un mundo de fantasía, al mundo de los dibujos animados.
Se inspiraron en una serie coreana ‘W- Two Worlds’
El café lo inauguraron en el 2017 y se inspiraron en una serie coreana ‘W- Two Worlds‘. El argumento lleva a que sus personajes acaben adentrándose en el mundo ‘webtoon’ – un comic online con formato de historieta digital originado en Corea del Sur-. Pues de la misma manera, en este café de Seúl, uno se adentra en el mundo de los dibujos animados e interactúan lo real y la fantasía sin problema. Todo parece estar dibujado; los muebles, las paredes y los suelos, el menaje, platos y tazas, los menús… Todo indica que entramos en “dibulandia”, cada detalle está pensado para que pasemos un rato agradable en la visita.
El local es pequeño, muy acogedor, con mesas espaciadas y en poca cantidad. Permanece cerrado los lunes, y el resto de días para poder disfrutar de un té y un trozo de tarta debes hacer una larga y lenta cola, pero valdrá la pena.
Todo indica que entramos en “dibulandia”
Todo parece estar dibujado; los muebles, las paredes y los suelos, el menaje, platos y tazas, los menús… Todo indica que entramos en “dibulandia”, cada detalle está pensado para que pasemos un rato agradable en la visita. El local es pequeño, muy acogedor, con mesas espaciadas y en poca cantidad. Permanece cerrado los lunes, y el resto de días para poder disfrutar de un té y un trozo de tarta debes hacer una larga y lenta cola, pero valdrá la pena.
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