Superando nuestras propias barreras
Las barreras autofabricadas
¿Alguien sabe porqué nos empeñamos una y otra vez en ponernos barreras a nosotros mismos?
Ignoro si sucede de forma consciente o no, lo cierto es que ayer tarde, releyendo un post publicado en esta Mirilla que lo observa todo con ojos nuevos, distintos,… que me asaltó esta idea. La visión de algunas personas a lo largo de mi vida, de una en particular en estas últimas semanas… La propia visión de mí misma en muchos momentos de mi vida… La enorme cantidad de barreras que nos ponemos a nosotros mismos muchas veces…
Y es que, la autoestima baja, actúa a veces como un muro gigante de bloques de hormigón que nos fabricamos nosotros mismos delante de nuestros ojos. Esto ciertamente casi siempre, nos impide emprender cosas que podemos hacer y que escudamos detrás de un “no se” … o de un “no puedo” … Quizá un “no tengo tiempo” … O acaso “un silencio ensordecedor” y absoluto que quizá encierre también un “no quiero” encubierto… quién sabe…
La tendencia a autolimitamos
Lo cierto es que a veces nos empeñamos en autolimitarnos casi como rutina de vida y, ante cualquier cosa nueva que se nos presenta delante y que probablemente podría causarnos gran satisfacción realizar, levantamos la mano agitando el pañuelo blanco en señal de rendición antes de siquiera intentarlo.
No sé con qué adjetivo calificar estas actuaciones… no sé si son “tristes” … o “terroríficas” … o las dos cosas… Con esas barreras dejamos de ser consecuentes con nosotros mismos, con nuestros propios sentimientos y emociones y perdemos gran parte de lo que somos… Sin duda, yo diría que actuar así es a la vez las dos cosas: triste… y terrorífico.
De ahí a la frustración, al vacío interior… no hay más que un paso. Y eso que no estoy entrando en el posible daño que se pueda causar a otras personas con esas actitudes… que existe, que es real, que difumina de un plumazo la percepción positiva que puedan tener de ti por tu forma de ser o por tus acciones de vida simplemente y que yo he tenido la oportunidad de conocer de primera mano en estas últimas semanas como digo…
No me lavo las manos respecto a este tema, porque sin ir mas lejos, yo misma esta tarde me negaba la posibilidad e incluso la capacidad de escribir estas líneas que ahora salen de mis dedos y mi mente a borbotones… La diferencia con esas otras personas es que alguien me hizo ver que “yo puedo” … y si al yo puedo, le sumo el “yo quiero” no cabe duda de que el éxito está asegurado. No hay más truco. Y para muestra este botón que están leyendo ahora mismo sus ojos.
La importancia de «elegir» frente al «no puedo»
Dice el dicho que “querer es poder”, y no lo niego, es más, lo afirmo. El quid de la cuestión está en “SER CONSECUENTE” y, como me enseñó un alguien muy importante para mí una vez, tener el valor y la firmeza de “ELEGIR”. Elegir básicamente entre un “yo quiero” o un “yo no quiero” y expresarlo claramente, porque creo que decidiendo esto ya está gran parte del camino recorrido. El “poder o no poder”, siendo siempre realistas con las capacidades de cada cual evidentemente, no es excusa, pues yo creo todo se puede aprender, mejorar y hasta perfeccionar.
En esa “elección”, como digo están las respuestas. En el ser básicamente, lo que se llama, responsable emocional: en el ser consecuente con lo que sentimos y hacemos actuando coherentemente. Cierto que no siempre es fácil actuar así pues la vida nos pone delante a cada segundo infinidad de personas, situaciones y posibilidades diferentes. En nuestras manos está no ignorar nuestros sentimientos sino aceptarlos y expresarlos con valentía… Y también en nosotros está el caminar nuestras vidas por veredas que nos hagan crecer y disfrutar del recorrido sin quedarnos varados o con la sensación de haber perdido el tiempo… En nuestras manos está…