William Golding y lo que él piensa
No hace mucho encontré este pasquín por las redes con esta frase de William Golding. La verdad es que muchas veces hago caso omiso de las autorías de las frases, e incluso de las frases. Debo reconocer que hasta me río con ciertos chistes que atribuyen pensamientos ridículos de literatos venidos a más. Pero sucede que a este precisamente, lo conozco.
Es escritor, premio Nobel de Literatura, doctor Honoris Causa por la universidad de Oviedo, en España, pero desde ya les digo que de él, no he leído nada. Y digo mal, porque de él sí que he leído, lo correcto sería decir que no he leído sus libros. Tiene uno, especialmente, muy famoso de unos chicos y un accidente de avión, una isla, y una supervivencia… «El señor de las moscas» es una alegoría de lo que el escritor cree que es “en realidad” el Ser Humano, maldad intrínseca… Y no se crean que ande del todo desacertado, todos sabemos que algunas veces así es. Les reconozco que lo que sí vi hace tiempo fue la película que versionaron del libro.
Retomo, lo que quería decir es que no he leído de sus ríos de literatura, pero de su persona, de él mismo, sí. Y es que era un singular personaje, pesimista por naturaleza, y convencido de la maldad genética de la persona.
Curiosa frase atribuida a una persona que, en su biografía, cuenta el momento de revelar a su esposa haber intentado violar a una mujer. El hecho tenía su versión fabulada en su obra autobiográfica, en ella el autor recobraba la relación con su presunta víctima de violación, resarciéndose así del hecho.
Es lo que el cree, y nada más
Miren, al respecto de la frase, es la opinión de este hombre, lo que él cree de la mujer, nada más. Yo tengo otra opinión, y cualquiera puede tener otra, ninguna es más importante. Pero si bien en cierta medida iguala a los sexos, en general sus palabras atribuyen a la mujer las labores domésticas y de procreación, y punto. No lo veo, como no veo coherente sus acciones, su trayectoria, y lo que dice, aunque eso sí, coincide con su teoría de vida, la suya de él, claro. Por cierto, aclaro que no me veo ni superior ni igual a nadie, me veo única, como cada ser humano. Un saludo y Buena Vida.