El Templo Blanco de Chiang Rai, una auténtica joya tailandesa
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El Templo Blanco de Chiang Rai, una auténtica joya tailandesa
Hacer turismo en este planeta es una delicia que todos deberíamos experimentar. Es evidente que en estos tiempos de coronavirus hay que extremar la prudencia, acatar normas y protegernos, a nosotros mismos y a los demás, pero el planeta y sus bellezas están ahí. Cada continente, país, ciudad, pueblo, cada rincón de cada lugar, se convierten en una nueva aventura por «vivir». Chiang Mai, al norte de Tailandia, ofrece algunas visitas de obligado repaso, y el Templo Blanco budista de Chiang Rai, es una.
Hoy esta Mirilla ha elegido darse un salto a Asia, y teniendo ya el continente, como han visto, nos fijamos en Tailandia. Motivos más que sobrados tiene este lugar para estar viviendo una época dorada del desarrollo turístico. Y es que Tailandia es uno de los destinos más visitados del mundo por su diversidad, y belleza natural.
Un templo polémico y censurado por el gobierno
Es diferente de todos los templos, este lo empezaron en 1997 y aún no está acabado. Blancos y cristales, emblema de la iluminación, dibujos decorados con oro… Su suelo tiene cuatro tipos de animales representando el mundo donde priman el agua, el viento, y el fuego. Polémico y censurado por el gobierno, hasta por los propios monjes budistas consideran el templo inconexo al arte tailandés.
Chiang Rai y su variada temática
A pesar de todo ello este lugar recibe a cientos de miles de visitantes cada año, y es que la verdad, el lugar llama la atención. No solo su color, cristales y arte,tiene muchas otras peculiaridades. Tanto dentro como fuera del templo, encontramos detalles del arte cineasta, referencias a películas como Matrix, Harry Potter y otras. También se observan alusiones a hechos históricos, como la caída de las Torres Gemelas. Retratos de personajes políticos, e incluso referencias a temas musicales. Todo un especial lugar para añadir a la lista de visitas pendientes.
He llegado a creer que lo importante es moverse, no importa donde, bellezas naturales las hay en cualquier parte. El fin es no irse de este mundo sin haber visto algo más allá de lo conocido. Sea cerca o lejos, el mundo está ahí para disfrutarlo. Y obvio, más importante que el lugar, siempre será los ojos que lo miren.
Gracias y Sean Felices…
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