Volar junto a las aves.
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Volar y dejar que otros vuelen
Lo primero apuntar a lo difícil que es describir la sensación. Y es que viendo el vídeo dan ganas de vivir esa experiencia de volar, lo que se dice volar, muchas ganas. Vivir y dejar que el resto haga los mismo. Esa sensación tan especial que provoca lo natural. Aquello de observar aves y personas voladoras, una perspectiva simbiótica muy rara a la par que placentera.
Estudiar los animales sin entorpecer el curso de sus vidas.
El señor Christian Moullec se dedica desde hace unos veinte años a investigar a los gansos. A volar con ellos. Durante esas dos décadas ha convivido con estos animales, en la tierra y el cielo. Moullec sirviéndose de un ala delta motorizada, ha surcado los cielos al redil inalterable de estas aves migratorias en vuelo.
Espectáculo maravilloso de animales y humanos volando juntos
Con el objetivo de crear conciencia sobre la necesidad de proteger el proceso migratorio de las aves, comenzó su andadura. Con su carnet de piloto, el vehículo apropiado, y el propósito de no entorpecer el ritmo vital de los animales, consiguieron el tándem perfecto. Presenta como resultado un trabajo sorprendente. Volar y vivir la experiencia en el instante, hasta tocando a los animales en pleno vuelo, mágico.
Increíble comportamiento el de los gansos
Con todo esto, no podemos olvidarnos de las protagonistas, las aves. Todos hemos visto lo huidizos que son los animales salvajes, aún más si cabe, un ave. Y sin embargo ahí se las ve en el vídeo, sin perder la formación en ningún momento, sin miedo, dejando al ser humano acompañar su vuelo, cual si fuera otro ave.