Okuda San Miguel, geometría multicolor por todo el mundo
Okuda San Miguel y su arte urbano
Traemos hoy a esta Mirilla a un artista tan versátil como polifacético. Sus cuadros, vidrieras, esculturas, tapices, fotografías y objetos cotidianos se afincan por medio mundo. Hablamos de Óscar San Miguel, “Okuda”, como se hace llamar y como firma sus obras.
Nacido en Santander en 1980 y grafitero desde los 90, su paso por la Facultad de Bellas Artes hizo evolucionar su arte urbano enriqueciéndolo y convirtiéndolo en referente para los artistas de su generación al desarrollar un estilo propio que, según los críticos de arte, se acerca más a un estilo pop surrealista con clara influencia callejera, dando fe de sus orígenes.
“Cuando empecé estaba más metido en el mundo del graffiti y sin unas metas claras. La única idea era crear un alter ego tras el que ocultar mi identidad, lo cual tiene su gracia, pero desde el principio yo iba más allá con las letras de mi nombre, con los contenidos dentro de ellas y con las formas hasta que dejé de lado por completo las letras en ese ir más allá. Al final es una cuestión de identidad visual que es más importante que el propio nombre. Ahora ves una obra mía y ves a Okuda, pero no lees Okuda y eso es más interesante que ver el nombre”.
Su obra
Aunque la mayoría de su obra se ha desarrollado en la calle, Okuda combina de forma paralela el trabajo de estudio y los encargos de gran formato en espacios públicos, sus preferidos, pues según él mismo, trabajar en la calle le permite “transformar un lugar y establecer una comunicación directa y continua con todo tipo de gente, y no sólo con el público habitual del arte contemporáneo, y esa es la magia de la calle.”
A diferencia de otros artistas urbanos, Okuda da prioridad a lo artístico sobre lo social. Su estilo se asienta en conceptos opuestos como libertad y esclavitud, modernidad y orígenes, o humano y animal… Las estructuras geométricas y los estampados multicolores protagonistas indiscutibles en sus obras. A veces cuerpos grises, figuras sin cabeza, símbolos, animales o incluso cabezas gigantescas, se mimetizan en el colorido mosaico geométrico.
Sus obras suelen partir de una imagen procedente de un cuadro renacentista o de alguna escultura clásica como base y a partir de ahí, la improvisación se hace dueña y señora de sus manos y sus sprays de múltiples colores.
«Mi momento de mayor felicidad es estar muy alto en el andamio o en la grúa, escuchando música a mi rollo. Es una sensación muy guapa de estar más cerca de las nubes a mi bola que allá abajo», explica.
Su esencia como artista
Rebelándose contra el capitalismo, pues presume de no haber necesitado nunca un marchante de arte para vender sus obras, pues su arte, sus murales coloridos, llenos de figuras simbólicas es su propia carta de presentación, pudiendo verse, mirarse, contemplarse y admirarse sus obras en calles y galerías de todo el mundo.
Les dejamos con algunas de sus obras más características. Les aseguro que serán incapaces de pasar desapercibidas a sus ojos si tienen la fortuna de encontrarse con alguna de ellas in situ por algún lugar del mundo. Esperamos que las disfruten.
Conoce más de su obra en su Web: http://okudart.es/showcase/