Arte culinario cocina al limite

En este tema del arte culinario hay muchas vertientes.  Y es que artista de la cocina, desde luego puede ser un chef titulado, maravilloso y profesional hasta la médula. Pero también puede ser  un simple cocinero en cualquier restaurante de mi pueblo, por ejemplo.  O miren,  mi madre, que era capaz, casi sin medios, de preparar platillos auténticamente exquisitos.

Los sentidos y la presentación

Hablamos tanto del disfrute de los sentidos al probar esa comida, como de la propia presentación de la misma.

No cabe duda que el que adquiere conocimientos en cuanto a la preparación, nutrición, a la presentación, a todo el entramado del tema, tiene un mérito añadido. Y es que cuando uno se prepara concienzudamente para lo que sea, adquiere conocimientos generales y habilidades específicas necesarias, seguro se desenvuelve mejor en la materia.  Eso vaya por descontado, el conocimiento son grados.

Cuando la cosa sale sola

Pero también les digo, que en cualquier materia existen personas que innatamente poseen cualidades muy valiosas. Personas que son capaces de desarrollar esa cuestión sin preparación. Es decir, se les sale sola la profesionalidad sin haber estudiado el tema. Solo con su experiencia y preparación autodidacta, se hacen grandes duchos en esa materia en cuestión.

Cada ser humano un artista

Pues eso, que el arte en la cocina es una cuestión muy personal. Además, se le añade la tradición que interviene de una manera extraordinaria. O sea que cualquiera puede ser un artista en la cocina. En realidad es la expresión de la creatividad artística a través de los alimentos, de su preparación y su presentación, pero con las propias ideas.

Yo no olvido que todo esto del arte culinario tiene unas disciplinas, técnicas, una historia, un trasfondo de revolución gastronómica, y por supuesto una figura, la de la cocinera o cocinero, protagonista de la creatividad y expresión artística conclusiva.

Diferente persona diferente manera de percibir

Procuro no olvidarme de nada, pero pienso que al final como si de un cuadro o de una escultura se tratara, cada uno aprecia del arte lo que le llega de este. Lo que le llega al alma digo.  Y en este caso de la cocina, uno aprecia de este arte lo que le llega al paladar, lo que los ojos trasmiten, el olfato, y cada uno tiene su propia opinión sin más.

Y es que la cocina nunca deja de sorprendernos en manos de personas creativas hasta el desatino. Pero al fin y al cabo creatividad a todo trapo para conseguir salirse de lo habitual y asombrarnos a todos.