Premio de un millón de dólares al mejor maestro del mundo
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Premio de un millón de dólares al mejor maestro del mundo increíble donde imparte sus clases
El Global Teacher Prize es un premio de un millón de dólares al mejor maestro del mundo, que otorga la Varkey Foundation . Este año 2019 la suculenta recompensa ha recaído sobre Peter Tabichi, un profesor de ciencias y matemáticas que imparte sus clases, y su humanidad, en Kenia, continente africano. Increible donde imparte, y con que medios, dichas clases.
Los que más tienen premian a los que más dan.
La Varkey Foundation es una entidad humanitaria que dedica su dinero a optimizar el mundo de la enseñanza en la población infantil más desfavorecida del planeta. Lo patrocina el jeque Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, vicepresidente y primer ministro de Emiratos Arabes Unidos y gobernador de Dubai. El galardón también llamado el “Nobel de Educación”, consiste ,como ya dije, en un millón de dólares y optan a él 10.000 profesores sobresalientes por su labor social en educación, de 179 países del mundo..
Un ser humano de pro
Peter Tabichi nació en Colombia hace 36 años, y ejerce su profesión en zonas rurales del pueblo keniata. El hombre es un cura franciscano en un lugar del mundo donde, tan solo en el último año, han muerto 40 compañeros suyos asesinados impunemente. Es un ser humano de pro que no duda en donar casi el total de su salario a sacar del ostracismo de la ignorancia a los niños de su entorno. Es buen maestro, es buen franciscano, es buen ser humano.
«Los jóvenes de África ya no se verán frenados por las bajas expectativas. África producirá científicos, ingenieros, empresarios, cuyos nombres serán famosos algún día en todos los rincones del mundo. Y las niñas serán gran parte de esta historia».
Palabras textuales y reales del propio Tabichi
Son sus palabras, y están llenas de ilusión, de esperanza, de realidad seguro… Pero por encima de todo eso, su discurso está absolutamente cargado de fe, de una fe incondicional en el ser humano, en él mismo. Señor Tabichi, yo no estoy en sus clases, pero aun aquí a miles de kilómetros de su persona, le aseguro que me rindo ante su enseñanza. Me tomo sus clases de vida como un aprendizaje magistral en la materia del más simple existir.
Las locuras de un mundo mal compartido y mal avenido
Señor Peter Tabichi, yo vivo en España, en Canarias para ser más exactos, y no es que esta comunidad sea la peor en la enseñanza, pero oiga, está más cerca de ese lado que del otro. Cuando veo noticias de este calibre, me va a perdonar usted, pero no puedo por más que sentir tristeza. No crea usted que estoy contrariada por el hecho en sí de su admirable mérito. Para nada, no, usted se merece todos mis respetos, y seguramente también el premio. Siento tristeza por otros motivos.
Vivo en un país desarrollado, donde cualquier niño tiene a mano las últimas tecnologías. También poseemos buenos medios, un sistema de enseñanza europeizado. Aquí la mayoria de estudiantes van a sus clases bien alimentados y bien vestidos. Al alcance tienen libros, material escolar, portátiles y hasta Tablets. Son dueños de móviles más caros que los de sus propios padres. Aquí, los profesores no pueden optar a esos premios millonarios, porque más que una labor humanitaria están sobrepasados por la dejadez estudiantil. Pues verá usted, aquí, señor Tabichi, el nivel de fracaso escolar es terrible, terrible… y en el resto del territorio español, tampoco es para estar muy orgullosos. Y entonces, mi admirado profesor de la fe en el ser humano, no puedo por menos que sentir tristeza y preguntarme; ¿qué locura es esta?