¿Propósitos de Año Nuevo o sueños inalcanzables?
Apenas acabamos de entrar en 2020 y como todos los años, nos enfrentamos a nuestras propias contradicciones. Y es que por más que le pongamos empeño, pareciera como si los propósitos de año nuevo estuvieran hechos para no cumplirse. ¿No lo creen ustedes?
¿En qué consisten estos propósitos de año nuevo?
Cada vez que finaliza un año empezamos a hacer balance del anterior. Y es muy raro el caso de quien no llegue a la conclusión de que necesita mejorar algún aspecto de su vida para que el nuevo año sea mejor. Ya sea llevar una vida más sana, bajar de peso, dejar de fumar, empezar a hacer más ejercicio, ahorrar más, aprender un idioma,…
Aparentemente parecen cosas sencillas y relativamente fáciles de cumplir… o no. Y digo aparentemente porque la gran mayoría de estos propósitos se quedan en eso, en simples deseos lanzados al aire. Empezamos con ganas, y como digo, le echamos empeño pero… parece que conforme avanza el año, las ganas se van diluyendo… o… quién sabe! Lo cierto es que transcurrido el nuevo año, si miramos atrás, parecen muy pero que muy lejanos aquellos propósitos. Y lo peor de todo es que terminamos sintiéndonos peor de lo que nos sentíamos antes de proponernos cambiar.
Pero… ¿porqué se nos hace casi imposible cumplir los nuevos propósitos?
Las estadísticas no mienten. Sólo 1 de cada 10 personas logran llegar a cumplir sus propósitos de año nuevo. ¿Y porqué sucede esto? Según algunos estudios, las principales causas de no cumplir estas metas son «la falta de autocontrol, el exceso de estrés y las emociones negativas como remordimiento o culpa o sensación de fracaso». Aunque permítanme poner en duda si estas son causas o más bien, consecuencias.
Probablemente la principal causa es que para el nuevo año pretendemos convertirnos en seres casi perfectos. Craso error, ilusos que somos. Nos sentamos a ver que va mal en nuestra vida y nos elaboramos una lista interminable de cosas a mejorar o cambiar. Y no caemos en la cuenta de que lo que realmente hacemos es crearnos unas expectativas inalcanzables. Nos trazamos unas metas muy poco realistas y, al ver que no hemos cumplido, en poco o en nada, emerge esa sensación de «fracaso» que hace que entremos en el nuevo año con una mochila cargada de nuevos propósitos. Un bucle eterno de metas inalcanzables con las que nos minamos poco a poco, a nosotros mismos. Otra de las paradojas inexplicables del ser humano, otra más…
Nuestros propósitos
Por nuestra parte, tenemos por delante un 2020 que deseamos sea pleno y vivido para todos y todas. Y entre nuestros propósitos de año nuevo nos hemos trazado uno principal. Compartir con ustedes cada día de este 2020 algo «nuestro», ser más productivas, no descuidarles, tenerles siempre presentes y seguir creciendo. Lo dejamos escrito aquí para ver que tal nivel de compromiso tenemos y si somos merecedoras de los resultados. Veamos si el próximo 31 de Diciembre nuestras metas se han cumplido o simplemente fueron «sueños inalcanzables».
¡Feliz Año Nuevo!