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Remedios caseros para la tos sencillos y eficaces

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Este año el invierno parece que se resiste en Canarias… Pero el frío no defrauda, ya está aquí y parece que viene a quedarse… Aunque no viene sólo. Se trae consigo una serie de «colegas» que como cada año, vienen de visita, se acomodan y parece casi imposible echarles. Hoy traemos a esta Mirilla algunos remedios caseros para la tos, uno de los síntomas más molestos a mi parecer. Veamos antes algunos tips sobre ella.

¿Por qué tenemos tos?

Más allá de la tos crónica, que puede ser señal de un problema de salud más serio, la tos común puede provenir de múltiples causas: del polvo, de alergias, del aire seco, de bacterias, de un virus,… Y es que estos agentes se meten en nosotros irritando nuestras vías respiratorias y la provocan para que el propio cuerpo expulse las sustancias nocivas y las limpie de forma cuasi natural. 

Cuando la tos se vuelve muy molesta lo primero que tendemos a hacer es ir directos a una farmacia sin pasar por el médico. Y en realidad no somos conscientes de que realmente estamos tirando el dinero, pues existen numerosos remedios caseros que vienen a ser tan eficaces o incluso mejores que cualquier compuesto farmacéutico. Veamos algunos de ellos.

Algunos remedios caseros para la tos

1. Jarabe casero de miel, limón y jengibre

Las propiedades de la miel como remedio natural para combatir determinados síntomas en algunas enfermedades son innegables. Y si la mezclamos con dos de los alimentos más eficaces contra afecciones de nariz, garganta y vías respiratorias, tendremos el antídoto perfecto. ¿Qué tal un jarabe casero que aúne los tres ingredientes? Es muy sencillo. Sólo tenemos que mezclar en un frasco unas rodajas de limón, dos cucharaditas de jengibre picado y un poco de miel. Cerramos con su tapa el frasco y lo metemos en la nevera hasta que veamos que se forma una capa de apariencia gelatinosa. Para usarlo contra la tos, añade una cucharada de este jarabe a un vaso de agua caliente. Te sorprenderán los resultados. Hasta tres meses puedes conservarlo en la nevera.

2. Tomar infusiones de ajo y cebolla

El ajo es un alimento famoso, además de por su peculiar sabor, por múltiples propiedades. Entre ellas, por su acción antiinflamatoria, antibacteriana, expectorante,… Por su parte la cebolla, no sólo aporta un toque distinto a los platos, sino que también contiene aportes proteínas, potasio, vitamina C,… Por lo que la combinación de ambos, nos proporciona un «antídoto» natural de lo más completo.

La mejor forma de usarlos contra la tos es con una infusión. Sólo necesitas agua (dos tazas aprox.), media cebolla mediana y dos dientes de ajo. La pones a hervir a fuego medio y cuando entre en ebullición le añades la cebolla troceada y los ajos en láminas. Luego bajas el fuego y lo dejas cocinar unos dos o tres minutos. Pasado este tiempo lo dejas reposar y lo cuelas. Si el sabor te parece muy fuerte, hay quien le agrega un poco de miel para suavizarlo. Y ¡ojo! se trata de una infusión ideal para complementar el tratamiento que te haya prescrito el médico pero nunca para sustituirlo.

3. Respirar vapores

Si hay un remedio casero para la tos de aquellos que usaban las abuelas, para un resfriado o para una congestión, ese es el vapor. Y es que no hay prácticamente nada mejor para ayudar a liberar la mucosidad y las flemas casi instantáneamente.

Para poner este remedio en práctica y aprovechar sus beneficios debes hervir agua y verterla sobre un recipiente más o menos grande (una palangana o similar). A continuación coloca tu cara a una distancia prudencial frente al agua de forma que no sientas el calor en exceso y puedas respirar el vapor. Coloca una toalla sobre tu cabeza que cuelgue a los lados de tu cara para evitar en lo posible que éste se escape y listo. Sólo tienes que inhalar y exhalar sintiendo el vapor entrar por tu nariz y garganta y dejar que actúe aflojando la mucosa y humedeciendo el tejido seco. Y si ves que para de salir vapor, sólo tienes que remplazar el agua con más agua caliente. Es conveniente hacerlo durante 5-10 minutos, dos veces al día. Notarás sus efectos al momento. Y bueno, si le añades algún cítrico al agua, como el limón o la lima o unas hojas de eucalipto, el vapor será más fresco y refrescante.

4. Hacer gárgaras de agua tibia con sal

Este otro remedio casero para la tos es quizá uno de los más efectivos cuando aparece el dolor de garganta y la tos húmeda. Y es que las propiedades antibacterianas y antiinflamatorias del agua con sal ayudan a reducir las flemas y la mucosa de la parte posterior de la garganta. Y esto, tiene como consecuencia, que disminuya considerablemente la necesidad de toser.

Basta con remover dos cucharaditas de sal en un vaso de agua tibia hasta que se disuelva para hacer las gárgaras manteniendo la mezcla al final de la garganta unos minutos antes de escupirla.  Si este procedimiento lo realizas varias veces cada día, la tos mejorará notablemente.

5. Dormir con la cabeza elevada

Hemos dejado para el final el remedio más sencillo, útil y recurrente. Si tienes mucosidad acumulada en la garganta y pecho, no podrás evitar que una tos repentina y persistente te impida dormir. Para hacerlo lo mejor es que cambies tu postura. Dormir con la cabeza más alta ayudará a que la mucosidad baje y frene la tos.

Hasta aquí nuestros remedios naturales de hoy. Seguro que conoces muchos más. ¿Quieres compartirlos con nosotros?

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NOTA: Estos remedios caseros para la tos que hemos expuesto tienen por objeto complementar el consejo de tu médico o profesional de la salud, en ningún caso reemplazarlo.

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