Bola de Nieve de cristal
Todo el mundo conoce ese pequeño objeto de decoración, que muchas personas también coleccionan. Ese que parece echo con delicadas manos. Una impecable bola de cristal, en cuyo interior vemos pequeñas escenas. Diminutas personas, figuras, lugares, que nos transportan a otros mundos de ensueño. Un ejemplo simple y reconocido, aquella bola de nieve de cristal que en su interior posee pequeñas virutas blancas, una simulación perfecta de la impoluta nieve cayendo sobre alguna detallada figura.
Historia de las bolas de nieve de cristal
A pesar de ser un objeto muy reconocido, pocos saben de su historia, de cómo llegó a nuestro tiempo. En Viena (1900), Erwin Prezy, mecánico de instrumentos quirúrgicos, buscaba una fuente de luz intensa, para utilizarla de lámpara quirúrgica. Durante el proceso, uno de sus intentos consistió en intensificar la luz de una vela inspirándose en la bola de Schuster (una esfera de vidrio trasparente llena de agua para enfocar la luz). Pensó en añadirle algo en lo que la luz rebotara, por lo que vertió copos de sémola blanca en su interior, estos poco a poco descendían por el agua hasta depositarse en el fondo. Ver aquello le recordó a la nieve cayendo.
Su siguiente paso, fue primero crear una miniatura de La Basílica del Nacimiento de la Virgen María de Mariazell (Austria). Para seguidamente introducirla en la esfera y crear así su primera bola de nieve de cristal. Posteriormente el señor Prezy patentó su invento y creo la <<Original Wiener Schneekugel Manufaktur>>, que a día de hoy sigue produciendo.
Otra versión de la historia de Las Bolas de Nieve
Sin embargo, esta no fue la primera aparición de las bolas de nieve en nuestras vidas. Anteriormente, ya habían sido vista en Francia (1878), presentadas en la Exposición Universal de Francia. Esto fue pocos años después de que los pisapapeles de cristal se hicieran populares, por lo que se cree que surgieron como sucesores de estos. En 1889, se originó una bola de nieve que contenía La Torre Eiffel, con el objetivo de rememorar la exposición internacional de París, que marcó el centenario de la Revolución Francesa (1789-1799).
Cosas simples con historia
Me llama la atención como un objeto tan pequeño pueda tener dos comienzos tan distintos en la vida del ser humano. Personalmente no les había mostrado mucho interés. Pero hace unos pocos días, que andaba yo algo pensativa, y mientras mi madre me hablaba, me fije en algo. Sobre una estantería había una bola de nieve de Taranto, que siempre andaba por una de las ventanas de la casa de mi abuela. En ese momento algo en mi hizo un “clic”, siempre había estado a mi alrededor, y no sabía nada de ella. Me surgió la curiosidad; ¿Quién había sido el creador de aquella bola de nieve?. Todo esto me ha hecho pensar en que a veces la simpleza de las cosas nos quita ese sentimiento de curiosidad, y nos perdemos grandes historias.