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El bonsái sageretia, un pequeño gran regalo

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Fue un regalo de cumpleaños. Y no sé por qué pero me pareció todo un detalle sintiente que al instante me produjo una cálida sensación de abrazo. Estaba dentro de una bolsa grande de esas decoradas para la ocasión y no pude por más que echar un vistazo rápido antes de abrirla. Lo descubrí en el fondo y me maravilló. Allí estaba él. ¡Tan pequeño e indefenso para una bolsa tan grande…! Me quedé mirándolo y me pareció que me tendía los brazos arriba para que lo alzara cual si fuera un niño. No pude negarme… Lo saqué de allí con sumo cuidado… Era mi primer bonsái. Un “bonsái sageretia” según rezaba una etiqueta que venía incrustada en su terrario. Una pequeña vida en mis manos que ahora iba a depender sólo de mi para sobrevivir… Me encantó el regalo… Pero… ¿qué sabemos sobre este tipo de bonsáis?

El bonsái sageretia: origen y características

El Sageretia es un género de plantas que pertenece a la familia «Rhamnaceae«, originario de China y otros países del este asiático. Dentro de este, una de las especies más conocidas es el «Sageretia theezans», también conocido como “ciruelo chino». Es un árbol pequeño y de hoja perenne, que puede ser cultivado como bonsái debido a su tamaño reducido y a la capacidad de su tronco y ramas de adaptarse a las técnicas de modelado y poda.

Tamaño: el bonsái sageretia es un árbol pequeño que generalmente alcanza una altura de entre 30 y 60 centímetros, aunque puede llegar a medir hasta 1 metro en condiciones favorables.

Hojas: sus hojas son pequeñas, ovaladas y de color verde brillante. Tienen una textura suave y un brillo ceroso. Y al ser perennes, permanecen en el árbol durante todo el año.

Flores: el bonsái sageretia produce unas pequeñas flores blancas en primavera y verano. Estas flores tienen forma estrellada y crecen en grupos pequeños en las ramas del árbol.

Frutos: después de la floración, el sageretia produce unas pequeñas bayas negras que contienen semillas. Las bayas son redondas y miden alrededor de 3-4 mm de diámetro. Unos frutillos muy parecidos a las ciruelas, de ahí que sea también conocido como «ciruelo chino».

Tronco y ramas: El tronco y las ramas del bonsái sageretia son lisos y de color marrón oscuro. A medida que el árbol envejece, la corteza se vuelve más rugosa y adquiere un aspecto arrugado.

Cuidados del bonsái sageretia 

El cuidado del bonsái sageretia es importante para mantenerlo saludable y atractivo. A continuación, te damos algunos consejos sobre cómo cuidar tu bonsái sageretia:

En cuanto al riego, el sageretia necesita un riego regular, pero no demasiado frecuente. El suelo debe mantenerse húmedo pero no empapado. Un exceso de agua puede provocar que se pudran sus raíces. Es importante no dejar que el suelo se seque por completo entre riegos, ya que esto puede dañar la planta. La frecuencia del riego dependerá de factores como la temperatura, la humedad y el tamaño del bonsái. Lo recomendable es regarlo con agua a temperatura ambiente.

Por lo que se refiere a la luz, este tipo de bonsáis requieren una exposición a la luz brillante, pero no debe ser expuesto directamente a la luz solar intensa durante períodos prolongados, ya que esto puede quemar sus hojas. Es mejor colocarlo en un lugar que reciba luz indirecta o sombra parcial durante el día. En los meses de invierno, cuando la luz es menos intensa, es posible que el bonsái requiera más horas de luz.

Por otra parte, el sageretia requiere una fertilización regular para mantenerse saludable. Se recomienda utilizar un fertilizante equilibrado para bonsái cada dos semanas durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). Durante el invierno, se puede reducir la frecuencia a una vez al mes. En este sentido, es importante seguir las instrucciones del fabricante del producto en cuanto a la cantidad y la frecuencia de la fertilización.

La poda es muy importante para mantener la forma y el tamaño del bonsái Sageretia. La poda de ramas y hojas debe realizarse con cuidado, utilizando herramientas limpias y afiladas. Es importante no cortar más del 25% de las ramas en un solo año para evitar dañar la salud del árbol. Se puede ir moldeando en muchos estilos diferentes, incluyendo el estilo informal, vertical, cascada, inclinado y semicascada. Cada estilo requiere una poda y un modelado cuidadosos para lograr la forma deseada. Es importante tener en cuenta que cada estilo requiere un cuidado y un mantenimiento específicos para mantener la forma del árbol.

La poda de raíces debe realizarse cada dos o tres años para evitar que el bonsái se sobrecargue en su maceta. Lo recomendable es podarlas raíces durante el invierno.

En cuanto al transplante, el bonsái sageretia debe ser trasplantado cada dos o tres años para renovar el sustrato y permitir que las raíces crezcan. El momento ideal para el trasplante es durante el invierno o a principios de la primavera, antes del inicio de la temporada de crecimiento. En este sentido es importante elegir una maceta adecuada para el tamaño del bonsái y utilizar un sustrato de calidad para bonsái.

Problemas comunes que puede sufrir tu sageretia

El bonsái sageretia es una planta resistente que no suele sufrir muchos problemas de enfermedades o plagas. Sin embargo, puede haber algunos problemas comunes que afecten su salud y crecimiento. A continuación, enumeramos algunos problemas comunes del bonsái Sageretia para que sepas cómo solucionarlos:

Hojas amarillas. Las hojas amarillas pueden ser causadas por falta de nutrientes, exceso de riego, falta de luz o cambios bruscos de temperatura. Para solucionar este problema, es importante asegurarse de que el árbol esté recibiendo suficiente luz solar indirecta, riego moderado y una alimentación adecuada con fertilizante equilibrado.

Poda excesiva. La poda excesiva puede debilitar el árbol y hacer que crezca lentamente. Para solucionar este problema, es importante dejar que el árbol crezca un poco más libremente antes de podarlo y darle forma cuidadosamente.

Plagas y enfermedades. El bonsái sageretia puede ser atacado por insectos y enfermedades comunes de las plantas, como ácaros, cochinillas, pulgones y mildiu. Para solucionar este problema, se puede aplicar un insecticida o fungicida orgánico, o se pueden utilizar soluciones caseras, como aceite de neem o agua con jabón.

Suelo compactado. El suelo compactado puede hacer que las raíces del árbol no puedan absorber suficiente agua y nutrientes. Para solucionar este problema, es importante airear el suelo con un tenedor de jardín o un palillo de bambú, o trasplantar el árbol a un suelo más suelto y rico en nutrientes.

Mal drenaje. Un suelo con un mal drenaje puede hacer que las raíces del árbol se pudran y mueran. Para solucionar este problema, es importante asegurarse de que la maceta tenga agujeros de drenaje adecuados y que el árbol no esté sentado en agua estancada después del riego.

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