Si algo bueno nos ha traído el coronavirus es el despliegue de solidaridad y hasta de creatividad que ha generado el aislamiento. Y es que, el ser humano, pasados los primeros momentos de neblina, estupor e incredulidad, es capaz de sobreponerse y adaptarse a cualquier circunstancia anormal, de la forma más curiosa, e inesperada a veces. Y hoy queremos compartir con ustedes en esta Mirilla una muestra de esa creatividad. Una muestra que ha sido capaz de surgir dentro de una situación tan irrealmente real. Se trata de “Hermann”, un corto de animación creado en España durante el confinamiento. Apenas unos minutos que lograrán tocar tu alma y que, sin duda, no te dejará indiferente.

La verdadera historia de Hermann

El corto se convierte en reflejo de la historia de Hermann Schreiber, un mayor con Alzheimer afincado en Vigo. Durante el confinamiento, Hermann, animado por su cuidadora, Tamara Sayar, salía a tocar la amónica a su ventana. Apenas unos minutos a la hora de los aplausos de las 20.00h. Unos minutos que para el resto se convertían en homenaje sentido y dedicado a los sanitarios que se jugaban la vida en primera línea de batalla contra el virus. Sin embargo para Hermann significaban mucho más. Para él esos minutos, que aún hoy sigue dedicando a tocar para el mundo tras su ventana, eran y son minutos de vida y de felicidad. En su mente y en su sentir, los aplausos de las 20.00h eran para él, por su magistral interpretación.

Un corto enternecedor que logrará tocar tu alma

El corto se lo debemos a 23lunes, un estudio con sede en Barcelona. Su amor por la narrativa y el arte visual, se ve reflejado en los trabajos que realizan con delicado mimo, y cuidando cada detalle. Y para muestra, este pequeño gran botón.

«Me topé con el vídeo. Me dejó tocado. Me fui a dormir y solo podía pensar en qué imaginaba él cuando salía a tocar, dónde viajaba, qué sensación tenía… Por la mañana me levanté y escribí el guion», afirma Jordi García, el director del corto.

Han sido dieciséis los especialistas que han trabajado durante dos meses y medio desde sus casas para convertir en realidad este pequeño retal de vida. Un cortometraje que muestra el lado más humano de una realidad tremendamente dura como la que nos ha hecho vivir esta pandemia.

En el corto, Hermann cambia la armónica por el violín, del que se siente un virtuoso cuando sale a la ventana a dar su concierto. El resto… para no hacerte spoiler, mejor que lo veas…