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Martin Klimas y el arte de fotografiar el sonido

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Hoy traemos a esta Mirilla, una muestra somera de la obra de Martin Klimas. Quizá no hayas oído hablar de él, o sí, pero una vez conozcas su arte, quedarás atrapado en la genialidad de sus obras irremediablemente.

De las múltiples visiones del arte

Hay quienes piensan que en cuestión de arte está todo dicho e inventado. Creen que es algo tan simple como que existen unos artistas, unas técnicas y unas obras resultado de la combinación del imaginario de aquellos con el empleo de éstas. Sin embargo, cualquier tipo de creación artística, comporta un proceso algo más complejo. Y es que el arte tiene tantas formas de expresarse como imaginarios y visiones de artistas en el mundo. Prueba de ello es el arte de Martin Klimas.

Este fotógrafo alemán es conocido por su trabajo con la fotografía de alta velocidad. La genialidad de su arte consiste en capturar momentos finitos e infinitos que de otro modo serían casi imperceptibles para el ojo humano ¿no es increíble?

Martin Klimas, el escultor del sonido

En su afán por captar imposibles con su objetivo, Martin Klimas parece no tener límite. En su proyecto «Sonic Sculptures», definió un trabajo pormenorizado y laborioso en el que se propuso dar forma y color a algo tan amorfo e incoloro como el sonido. Y lo logró, vaya si lo logró. 

Según sus propias palabras, para este proyecto su mayor influencia fue Hans Jenny, el padre de la cimática (estudio de las ondas sonoras y la vibración). Un trabajo que pretende dar visualización al sonido, a la música en sí, más allá de un montón de notas, figuras y frases como en apariencia nos resulta al común de los mortales. 

Para elaborar esta serie, el artista colocó una malla de plástico transparente sobre el diafragma de un altavoz y sobre ella vertió pinturas de vivos colores. A continuación, empezaba a desplegar su arte. Elegir una canción típicamente dinámica y  con ritmo percusivo al más puro estilo Karlheinz Stockhausen, Miles Davis o Kraftwerk, subir el volumen al máximo y dejar que las ondas disparen los colores por los aires. Apenas unos segundos que a gran velocidad y con total maestría ha sabido capturar para nuestro deleite visual.

Un trabajo esquisito y detallado que le llevó unos 6 meses y cerca de 1000 intentos para terminar la serie en su estudio de Dusseldorf (Alemania). Un espectáculo visual donde los fucsias, verdes azulados y verdes limas se engarzan en un baile al compás de la música que los hace vibrar creando estas magníficas instantáneas.

Conoce más sobre el trabajo del artista aquí.

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