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Niñofobia ¿En qué cosiste? ¿Cuál es su origen?

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Podríamos decir que a día de hoy la niñofobia se considera una nueva tendencia. Una nueva moda que poco a poco, con el paso del tiempo ha ido en auge. Y es que, como casi todas las modas, después de sus inicios en Estados Unidos, se ha ido extendiendo y ha llegado a otros lugares del mundo.

Se llama «niñofobia» a la intolerancia de algunos adultos con respecto a comportamientos molestos de niños en espacios cerrados. Sinónimo de niñofobia,  paidofobia; temor patológico a los niños. Del griego παιδος (paidós, «niños») y φοβος (fovos, «miedo»).

¿En qué consiste la niñofobia? ¿Cuál es el origen del término?

Este movimiento social surgió debido a las quejas de diversos clientes que, se podría decir,  no entienden en qué consiste la infancia o nunca fueron niños. Debido a estas reclamaciones, restaurantes, cines,  establecimientos y locales comenzaron a prohibir la entrada a los niños. De pronto, en los lugares de ocio, en hoteles, trenes, piscinas, los niños ya no tenían cabida. 

Y poco a poco, la niñofobia se fue extendiendo hasta el punto de inventar «espacios libres de niños». La cuestión es aceptada por muchas personas, de manera que a día de hoy, la niñofobia llega a muchos rincones de España. Multitud de locales donde se espera un espacio sin niños va en aumento.  Curiosamente, de pronto crecen este tipo de establecimientos y crece su demanda, y de manera automática se «crea una necesidad». Y lo cierto es que esta tendencia, de algún modo, en algunos locales se ve como una opción positiva.  

¿Se pueden crear espacios públicos sin niños ? ¿Es legal?

Pues la respuesta es sí, ya que estos locales antiniños se amparan en el derecho de admisión.

ARTICULO 4º — Derecho de admisión y permanencia: es el derecho en virtud del cual, la persona titular del establecimiento y/o evento, se reserva la atribución de admitir o excluir a terceros de dichos lugares, siempre que la exclusión se fundamente en condiciones objetivas de admisión y permanencia, que no deben ser

Es entendible que en ocasiones se quiera esa tranquilidad, esos silencios y esa calma. Pero no debemos olvidar que los niños son niños. Ellos quieren jugar, saltar, correr y no van a quedarse sentados en una silla horas, es más, si un niño hace eso ¡preocúpate!.

La tendencia a la niñofobia crea discrepancias 

El problema con la niñofobia  es que esta cuestión no sea bien entendida por todo el mundo. Pero se trata de algo normal y de hecho, beneficioso para la infancia. Lo cierto es que no debemos olvidar que un niño feliz grita, trota, se mueve, hace ruido, juega, ríe… Quedarse quietos y en silencio en contranatural para la infancia. 

Esta tendencia ha creado una enorme discrepancia y levantado muchas ampollas, sobre todo viviendo día a día en una sociedad donde se habla continuamente de la importancia de la inclusión.

Así que, ahora bien, como pasa con todas las modas, lo más importante, o la pregunta clave sería ¿Es la niñofobia sólo una pura estrategia de marketing?

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